martes, 3 de mayo de 2011

Fotógrafos

Hace no mucho tiempo atrás, un par de años nada mas. No era nada común que en una casa hubiera una cámara fotográfica, o como decimos habitualmente, una máquina de fotos. No era algo muy accesible, completamente suntuario y de alto costo de mantenimiento, principalmente por su soporte, “el rollo”.
La evolución de la tecnología que nos ha bombardeado a productos, el gigantesco mercado asiático que ha logrado accesibilizar muchos precios, El paradigmático principio de que necesito comprar para olvidar, desde el divorcio de mis padres, hasta la enfermedad de mi hija, y el siempre presente grupo de ciberamigos, que exigen, que suba fotos de mi casa, mi nuevo auto, el bautismo, la fiesta del sábado, la última ecografía, han logrado que en muchos hogares, se resignen algunos arreglos en la casa, unos días de vacaciones o alguna otra necesidad, para que no falte el ya imprescindible artefacto.
Sin embargo y si bien se han millonizado las fotos, que es muy bueno; las buenas fotos, siguen siendo pocas, tener una cámara, no es ser fotógrafo. Las buenas fotos, no las hacen las buenas cámaras. Las buenas fotos las hacen los buenos fotógrafos. Esos que además de ver... miran... sienten... y se emocionan.